jueves, 6 de septiembre de 2007

“Ni Lagos Ni Insulza”

Últimamente los medios de comunicación, guiados por desafortunadas afirmaciones de dirigentes del PS, han implícitamente proclamado como precandidatos a la Presidencia a los compa eros José Miguel Insulza y a (que técnicamente hablando es un 50% compa ero), Ricardo Lagos. Entrevistas, análisis, comentarios sobre la contingencia nacional y críticas a la conducción del actual gobierno han sido los espacios desde donde han aparecido como líderes de opinión y evidentes caras a la Presidencia.
No se trata de qué es lo que los medios de comunicación afirmen, como tampoco de lo que dicen las encuestas. No, el problema no yace en si son Insulza o Lagos los precandidatos del PS. Esa situación no es más que un síntoma de algo más profundo que ocurre en el PS y es justamente hacia donde queremos apuntar. Se trata de cómo este tipo de hechos reafirman una realidad traumática del PS, la realidad de que el militante socialista, la sangre fundamental que da cuerpo a este Partido es vista como el último eslabón a la hora de tomar decisiones tan importantes como quién será la cara del Partido al momento de analizar las elecciones presidenciales y no como el elemento fundamental, principal, medular a la hora de tomar decisiones.
Lo que debe caracterizar a un Partido que propone cambios democráticos en la sociedad chilena es, ante todo, su propia coherencia de lo que propone con cómo se organiza internamente. Un Partido que quiere democracia para el país, debe ser democrático internamente, y debe, por sobre todo, ver en la militancia el sujeto soberano del Partido, sólo así podemos afirmar que nuestros dirigentes son la voz legítima del socialismo chileno.
Cuando la militancia socialista de base pierde capacidad de ser la piedra angular de la voz del partido, cuando los compa eros que día a día levantan la voz y la práctica socialista en lo que son los terrenos orgánicos del Partido, llámese sindicatos, poblaciones, escuelas, junta de vecinos, etc. ven menguados su voz en la dirección por entes externos, corporativos y arbitrarios, las consecuencias son inmensas; el Partido pierde vínculo con el pueblo y deviene en un engranaje burocrático, clientelar y funcional. Como socialista de base no puedo permitir ese proceso en marcha
Al momento de afirmar "Ni Lagos ni Insulza" afirmamos que no aceptamos que compa eros afirmen sus aspiraciones presidenciales a través de los medios de comunicación de la elite chilena, a través de los acuerdos a puertas cerradas con los altos funcionarios de gobierno, a través del cuoteo con grupos de poder corporativos (tanto dentro del partido como externos) como tampoco aceptamos que se trate a la militancia como el eslabón más débil a la hora de construir un precandidato presidencial. Pareciera que el sujeto soberano en estos temas no es la militancia, sino que primero son los medios de comunicación (y los sujetos de carne y hueso que están detrás de estos), el engranaje estatal, los grupos de poder clientelares tanto dentro como fuera del partido, para terminar, finalmente, con una militancia con prácticamente nula capacidad de imponer su voluntad.
En esto quiero ser categórico. No se trata de la imagen de Lagos ni Insulza per sé (aunque ambos son parte de una Concertación que reafirma el modelo exportador neoliberal de desarrollo, y en esto diferencias sustanciales no tienen; ambos ya han sido aceptados por la elite económica chilena e internacional), se trata del cómo hoy en el PS se invierten los roles, de cómo decimos "el PS debe ser un Partido de lucha" , pero en la acción concreta interna el Partido es más bien un partido que se mantiene en frío, la sangre que da vida al Partido no fluye, se estanca, no llega al cerebro y éste comienza su camino hacia la pudrición, que desarrolla sus síntomas en este tipo de hechos, en estas acciones inorgánicas, impuestas, carentes de vínculo con la base del Partido que, mal que mal es la que ha mantenido vivo al Partido a lo largo de su existencia.
Mientras no exista un real debate interno, donde la base socialista sea el elemento que decida quién será nuestro representante ante las elecciones presidenciales, que decida en espacios deliberativos cómo queremos que sea nuestra cara al país, cualquier imposición externa de caras presidenciales al partido debe ser rechazada y profundamente criticada. Mientras la base militante sea nada más una voz sometida, cual violinista que sólo sigue la orquesta, insistiremos no sólo mediante declaraciones de papel, sino mediante praxis concreta que nuestra opción no es ni uno ni el otro, sino todo lo contrario.


Salvador Muñoz K.
Presidente Juventud Socialista
Comunal La Reina y
Miembro Zonal Cordillera

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